A veces es la forma en la que te observan silenciosamente, otras veces son palabras que te dicen directamente, pero te frustra que a distintas personas de tu familia no les convenza la forma como estás criando a tus hijos, y quieran quitarte autoridad en frente de ellos.  

En muchas ocasiones, prefieres evitar compartir con ellos, y esto te genera un conflicto interno.

Tienes definido el estilo de educación y alimentación que quieres para tus hijos. Sin embargo, las personas cercanas se interponen rompiendo las reglas. 

En ocasiones te detonan, y terminas en conflicto, pero otras veces te quedas con las emociones reprimidas porque no quieres ser una ‘mala madre’, y ellos hacen que te cuestiones tus métodos. 

Hay muchas cosas que no quieres permitir, que no quieres hacer, que no te aguantas más, pero sientes que tal vez ellos ‘podrían tener razón’, y no quieres que en el futuro te digan: “te lo dije, fue culpa tuya”.

Te sientes absorbida por las labores de la crianza y no tienes tiempo para desarrollar tus proyectos empresariales, personales, y de crecimiento personal.  

No tienes más espacios en tu vida que los familiares, y te sientes lejos de ti misma. 

Sientes una gran responsabilidad por la vida de tus hijos, tienes miedo de no hacerlo bien como madre, de crearles traumas, de no prepararlos suficientemente bien para los desafíos de la vida adulta. 

Te da pánico pensar que tu hijo no será una persona exitosa, por ‘culpa’ de tus creencias, tus miedos, y limitaciones.

Intentas mantener la calma, ser paciente y amorosa con tus hijos, pero terminas explotando. Hay gritos, conflictos, peleas, llanto, y malestar para ellos y para ti.  Te sientes culpable, te prometes hacerlo distinto la próxima vez… pero el ciclo regresa de nuevo.

A veces es la forma en la que te observan silenciosamente, otras veces son palabras que te dicen directamente, pero te frustra que a distintas personas de tu familia no les convenza la forma como estás criando a tus hijos, y quieran quitarte autoridad en frente de ellos.  

En muchas ocasiones, prefieres evitar compartir con ellos, y esto te genera un conflicto interno.

Tienes definido el estilo de educación y alimentación que quieres para tus hijos. Sin embargo, las personas cercanas se interponen rompiendo las reglas. 

En ocasiones te detonan, y terminas en conflicto, pero otras veces te quedas con las emociones reprimidas porque no quieres ser una ‘mala madre’, y ellos hacen que te cuestiones tus métodos. 

Hay muchas cosas que no quieres permitir, que no quieres hacer, que no te aguantas más, pero sientes que tal vez ellos ‘podrían tener razón’, y no quieres que en el futuro te digan: “te lo dije, fue culpa tuya”.

Te sientes absorbida por las labores de la crianza y no tienes tiempo para desarrollar tus proyectos empresariales, personales, y de crecimiento personal.  

No tienes más espacios en tu vida que los familiares, y te sientes lejos de ti misma. 

Sientes una gran responsabilidad por la vida de tus hijos, tienes miedo de no hacerlo bien como madre, de crearles traumas, de no prepararlos suficientemente bien para los desafíos de la vida adulta. 

Te da pánico pensar que tu hijo no será una persona exitosa, por ‘culpa’ de tus creencias, tus miedos, y limitaciones.